Por motivos de trabajo he visitado esta ciudad canadiense de la costa del pacífico. Una ciudad de contrastes, por una parte rodeada de naturaleza, bosques imponentes y montañas con nieve casi todo el año, y por otra rascacielos majestuosos que ocultan los pocos edificios «antiguos» que conservan.
Lo que más me ha llamado la atención, ha sido el número tan grande de «sin hogar» que hay por las calles. Al parecer la mayoría han sido víctimas de la droga. Paseando por la ciudad, me vi de repente en un barrio donde la mayoría de los viandantes eran indigentes. Nunca lo habría imaginado en un país considerado de los más ricos del mundo. Aún así, hablando con algún canadiense, me decían que es preferible vivir en Canadá donde las prestaciones sociales están aseguradas que en EEUU donde probablemente es más fácil tener éxito pero que por el contrario si te pegas el batacazo no tienes cobertura alguna.