Archive for octubre 2007

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InCoMunicados

octubre 8, 2007

Al parecer se conocieron por casualidad un día chateando en internet. Ambos estaban casados pero eran muy infelices en sus matrimonios. Ella le contaba lo frustrada que estaba con un marido que no la comprendía y con el que apenas mantenía comunicación. El le contaba lo triste que era llegar a casa después de largas horas de trabajo y encontrarse con una esposa apática con la que ya nada tenía en común. El chateaba habitualmente desde el trabajo, y buscaba cualquier excusa para alargar su horario en la oficina y hablar cada día más tiempo con su nueva amiga. Ella, acostumbrada a esperar sola a que su marido volviera del trabajo, aprovechaba esos momentos de soledad para sincerarse con su nuevo amigo. En poco tiempo surgió el amor entre los dos. Aún sin haberse visto antes, estaban convencidos de haber encontrado a su verdadera media naranja, una persona afín, con la que poder sincerarse y ser uno mismo, algo que habían perdido con sus respectivas parejas. Decidieron entonces, poner fin al anonimato, y acordaron encontrarse en una cafetería. Para reconocerse debieron describir la ropa que llevarían puesta. Nerviosos acudieron a la cita, pero cual fue su sorpresa cuando ambos se encontraron  con sus respectivas parejas. Pronto se dieron cuenta de que la persona de la que se habían enamorado a través de la red era realmente la persona con la que ya estaban casados.  

Esta historia, que pareciera inventada, es sin embargo real, y es noticia hoy en la prensa. Al parecer los dos han pedido el  divorcio por infidelidad. Esto me ha hecho reflexionar acerca de los nuevos canales de comunicación.

Por una razón que no acabo de entender, resulta más fácil decir ciertas cosas a través de un chat, un mail o un sms. Quizá tenga que ver con que decir ciertas cosas nos resulta incomodo, nos da apuro o vergüenza y es más fácil expresarlas en texto.  Cuántas veces nos hemos visto en la tesitura de rehusar una proposición, y no hemos sido capaces de decirlo en persona, ni siquiera de decirlo en una conversación telefónica, y hemos decidido finalmente decir en un mensaje que no va a poder ser, que lo sentimos pero que otra vez será. Realmente cobarde, pero muy efectivo y nos evitamos un mal trago.  

En el terreno de las relaciones, de igual manera, parece más fácil decirle a alguien lo mucho que le quieres a través del chat, en un mail o en un sms , que cara a cara. Quizá esta sea la razón que llevó a la pareja protagonista a un estado de incomunicación permanente, que sólo pudieron romper a través de la red.   

Es realmente triste que se estén perdiendo los canales tradicionales de comunicación. Hay personas, cada vez más, que no saben otra forma de conocer gente que no sea a través de portales de relaciones o chats.  De hecho, es algo de lo que uno se puede percatar un sábado por la noche, en cualquier discoteca o pub, donde apenas se ve que las personas interaccionen entre si. Probablemente cuando vuelven solas a casa, conecten el ordenador en busca de compañía.

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Pareja, sexo y fidelidad

octubre 5, 2007

Hoy he leído que la presentadora Nuria Roca ha escrito un libro, ‘Sexualmente’, en el que reflexiona sobre el sexo y afirma que la fidelidad es «antinatural» y conlleva renunciar a muchas cosas. Nuria afirma que los mayores enemigos del sexo son la rutina, la convivencia, la desidia y el aburrimiento y aboga por que la pareja arcaica evolucione hacia un modelo más liberal.  

Hasta cierto punto estoy de acuerdo con esta teoría. Me refiero a que en la pareja hay que mantener la ilusión del primer día. No acepto la idea de que con el paso del tiempo las parejas se transformen y la pasión y el amor se conviertan en sosiego y cariño. Creo que cuando en la pareja deja de haber ese arranque, esas ganas, ese ímpetu, entonces pierde su verdadero sentido, que es el de compartir tu vida con la persona que amas y deseas, por la que te desvives y te emocionas, y se transforma en un refugio rutinario que a veces no abandonas por miedo a la soledad.  

También puedo estar de acuerdo en que el modelo tradicional de pareja está contaminado por una serie de convencionalismos,  reglas , o “prohibiciones” que en muchos casos provienen de la religión que tan estigmatizado tiene al sexo. Sin embargo, me pregunto si la fidelidad es algo natural, que realmente elegimos nosotros mismos, o por el contrario la fidelidad nos viene impuesta debido a estas influencias que han transformado a la pareja en una especie de cárcel.  ¿Son el amor y el sexo dos aspectos diferentes que pueden convivir por separado?, es decir, ¿se puede tener amor sin sexo o al revés sexo sin amor? 

He conocido algún caso de parejas enamoradas que no practican sexo, o que lo practican con muy poca frecuencia y  admiten la ausencia de sexo, e incluso la posibilidad de buscar sexo fuera de la pareja. Por otra parte, he conocido también el sexo sin amor, y perfectamente placentero.   Sin embargo, no creo que nos debamos engañar a nosotros mismos, porque la situación ideal no es ninguna de éstas, sino que es querer a tu pareja, estar enamorado y disfrutar del sexo más cómplice con ella.  Y no debemos confundirlo con ser más o menos liberal, porque si llegas a este estado ideal, por muy liberal y por mucha mente abierta que tengas, no creo que ninguna de las dos partes tenga el menor deseo de irse con otras personas.   

En una pareja ideal  la fidelidad no es una norma, ni un requisito, ni una demanda, ni una imposición, ni un sacrificio, sino que es una opción natural que sale de uno mismo porque es lo que deseas.

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Sin pasado

octubre 4, 2007

¿ Cómo sería mi vida si no tuviera pasado? Hay personas que pierden la memoria por completo y no recuerdan nada, ni siquiera quienes son.  Sin llegar a este extremo tan traumático puede ocurrir que por ciertas circunstancias parte de los detalles de nuestra existencia nos sea desconocida. Por ejemplo, hay quien desconoce quienes son sus padres biológicos o ignora la existencia de posibles hermanos.  Algunas no saben cuándo es su día de cumpleaños y otras ni siquiera en qué año han nacido.  Me imagino en cualquiera de estas situaciones y pienso que siempre tendría una parte de mi vida incompleta.   A veces nos obsesionamos por conocer nuestro futuro, y no nos damos cuenta de lo importante que es conocer nuestro pasado. No solamente el nuestro sino también el de nuestros ancestros. Seguro que nos llevaríamos más de una sorpresa si recorriéramos hacia atrás las generaciones de nuestra familia. Probablemente a través de la vida de nuestros antepasados encontraríamos las claves de algunas respuestas a nuestra propia vida. En cualquier caso, entre pasado y futuro, creo que me quedo con el presente…

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¿Me caso o no me caso?

octubre 2, 2007

El otro día vi un documental en La 2 acerca de los fracasos matrimoniales. Me quedé perplejo cuando supe que 4 de cada 10 matrimonios se separan. La verdad es que no tuve fuerzas para quedarme a ver el documental completo porque era bastante deprimente.  Me planteé entonces dos preguntas muy distintas, por una parte qué es lo que mueve a la gente a casarse, y por otra a qué se debe el alto índice de fracaso matrimonial?

A la primera cuestión se me ocurren varias respuestas. Hay quien se casa por amor, me temo que los menos. Por interés, más de uno y de dos. Porque Dios lo manda, o eso dice La Iglesia. Por las apariencias, o porque después de tantos años juntos, o nos casamos o lo dejamos. Esta última razón siempre me ha hecho mucha gracia y me temo que es bastante habitual. 

Personalmente sólo me merece respeto la primera razón, es decir, casarse por amor. Aunque siempre he pensado que no es necesario casarse para demostrar el amor que sientes por  tu pareja, sin embargo creo que como símbolo sincero de dos personas que están seguras de haber encontrado el amor verdadero y desean unir sus vidas para siempre, no hay que quitarle el valor que se merece.  

Desgraciadamente el sentido romántico de las bodas se ha ido perdiendo. Lo habitual es montar un bodorrio, gastarse una pasta , o lo que es peor, sablear a los invitados. Me divierten las invitaciones de boda, porque realmente de invitación nada, los contrayentes y sus felices familias esperan que contribuyas con un buen regalazo, a ser posible en metálico, e incluso, hay quien inserta un número de cuenta en la misma tarjeta de invitación, todo un detalle facilitando los trámites al “invitado”.  Hay novios muy originales que organizan su boda en un lugar recóndito y muy bucólico, sin tener en cuenta el gasto añadido para los invitados que tienen que costearse el desplazamiento y la estancia.  Toda esta parafernalia , se ha cargado el sentido real de casarse, y en cierta forma doy la razón a los que se oponen fervientemente a contraer matrimonio.

En cuanto a la segunda pregunta relativa a por qué el índice de separaciones es tan alto, creo que parte de la respuesta se deriva de lo anteriormente expuesto, me temo que pocas parejas se casan por amor.  Si el amor se tambalea desde el principio, al menor problema que surja, hoy en día se tiende a mandarlo todo a paseo. Al contrario que ocurría hace años, actualmente ambas partes de la pareja suelen ser independientes económicamente, y  por tanto no hay necesidad de aguantar en una relación que no funciona.